Inmigración y crisis económica



OBS - Online Business School
  • Los trabajadores extranjeros con baja formación están más expuestos a la pobreza que los trabajadores nacionales
  • Los inmigrantes que pierden el empleo se ven abocados a situaciones de pobreza aunque, en ningún caso generando una presión insostenible en el gasto público
  • España ha acogido solamente a los dieciocho de los 16.231 refugiados que se había comprometido a recibir

OBS Business School, 1ª Escuela de Negocios Online en español, presenta el estudio “Inmigración y crisis económica” un análisis sobre el fenómeno migratorio en Europa como principal generador de tensiones políticas y sociales de primer grado. Los grandes países de la Unión Europea son los principales receptores de inmigración de entre los más de tres millones de inmigrantes que llegan anualmente al continente. Según el autor del informe, Iván Medina, profesor de la Universidad de Valencia, “la relevancia de la inmigración en la política y economía europea ha sido creciente en las últimas décadas, pese a las sectoriales y a menudo represivas, políticas de inmigración”.

Según datos del Migration Policy Institute (MPI), Alemania, Reino Unido, Francia y España se encontraban en 2015 entre los diez países con mayor número de inmigrantes internacionales, siendo estos el hogar de 16.408.000. Sin embargo, la crisis económica ha propiciado que en algunos de ellos, como por ejemplo España, la emigración genere saldos migratorios negativos continuados. Esto ha provocado que muchos ciudadanos europeos se hayan visto obligados a emigrar ante la falta de oportunidades económicas y laborales en sus respectivos países de origen.

La gestión de la inmigración durante la crisis

El impacto social de la crisis económica ha generado el aumento de opiniones contrarias a la inmigración en países tan importantes como Francia, Alemania, Italia, Austria o Dinamarca. Según los datos del último Eurobarómetro (número 82, primavera 2015), la inmigración se sitúa como la mayor preocupación de los europeos por delante de la mala situación económica, el desempleo o el estado de las finanzas públicas. Así, el 38% de los encuestados consideraban la inmigración como el principal problema de la Unión Europea, mientras que el 27% consideraba la situación económica como el tema de mayor preocupación.

A pesar de los intentos de responsabilizar a la inmigración de la saturación de los servicios públicos, lo cierto es que el gasto destinado a los inmigrantes es menor que el recibido por los ciudadanos nacionales. Así, se estima que el impacto de la inmigración durante los años de bonanza económica fue superior al 0,5% del PIB, considerando así que los inmigrantes hacían un uso moderado tanto de los servicios públicos como de la seguridad social.

El perfil laboral de la inmigración en Europa

Las estadísticas oficiales demuestran que la tasa de desempleo entre inmigrantes es superior a la de los habitantes nacionales, lo que afecta directamente a su nivel de pobreza y exclusión social. Según el Erostat, esta situación era muy distinta en el año 2014 y es que en ese mismo año el porcentaje de temporalidad para los trabajadores no comunitarios se estableció en un 18,5%, por encima del 12,6% correspondiente a los trabajadores europeos.

Esta situación provoca que un gran número de inmigrantes decidan retornar a sus países de origen o emigrar dentro de la Unión Europea. Muchos de ellos no han tenido más remedio que aceptar la precariedad laboral y otros, han optado por el autoempleo.

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